domingo, febrero 19




Cambia el escenario de escaleras giratorias por piscinas en verano, se pueblan los rincones donde antes había flores y postales de flores, crecen las historias debajo de un colchón, vienen a sanarme, a calibrarme, a darme voz. 

Si quieres me quedare callada hasta que vuelvas, no trato de convencerte de que es mejor así, tan solo quiero saber que no voy a volver a hacerte daño.

Miro una vez mas al infinito y pienso en ti mirando un punto infinito, se paran los relojes antes de marcar las dos, desaparece, no aparezcas hasta que aprenda la lección y vuelvan los zapatos rojos del último cajón. 
Si quieres me quedare callada hasta que vuelvas, no trato de convencerte de que es mejor así, tan solo quiero saber que no voy a volver a hacerte daño...

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Porque esa historia esta llena de postales que se escriben accidentadamente, de terapias involuntarias que me hacen darme cuenta que todavía hay que trabajar en mi, de idas y venidas,  viajes planeados y también de los que uno hace así, sin más ni más.
De naturalezas gatunas en las que una se acerca solita, de mimos involuntarios y así.

Te voy a extrañar lo que haya que extrañar y que esta historia vaya hacia donde se le pegue la gana, total, no hay mucho que perder y lo que se gane es mucho, mucho mas que bonito. :)

2 comentarios:

La Blu dijo...

Extrañar lo que se deba extrañar. Me gusta la idea.

Abrazos, Sk.

Sabino Passepartout dijo...

no extrañes, haz maletas :P